Garabatos en solitario

Garabatos en solitario

viernes, 22 de mayo de 2009

Puerto Amor

Se dice de las campanas del Puerto que su repiqueteos son la despedida y bienvenida de cada barco que allí llega o se va .
Estaba María sentada en su balcón , con los ojos llorosos , el alma partida y el corazón roto , levantando su mano a su amor en despedida , el cual partía en su barco hacia el horizonte , lo observaba mientras se alejaba y cada vez se hacia mas pequeño lo observo hasta que su barco se unió al mar y al cielo , hasta que su barco desapareció donde las nubes y las olas son solo una , quedo grabado en su mente , en su alma , en su corazón y en toda ella esas tres campanadas que sonaron diciéndole adiós a su amado .
Cada día de su vida a partir de ese día , cada instante de su tiempo a partir de ese instante cada momento que pudiera ella se sentaba en su balcón , mirando al horizonte , mirando mas allá de donde sus ojos podían mirar sabiendo que en las noches el estaría mirando las estrellas, esa misma estrella que ella mira cada noche pensando que están bajo el mismo cielo , que respiran el mismo aire , y que tienen el mismo deseo , deseo de amarse , de besarse y de estar juntos en esta y en todas las vidas que vendrán .
Se sienta , mira a lo lejos y a cada gaviota que llega a la costa quiere hablarle , quiere conversarle , quiere preguntarle si lo han visto , ella siente que cada gaviota que llega es enviada por el para verla , en cada ola que rompe en la orilla son sus manos que le dicen , entra al mar , déjame tocarte , déjame sentirte déjame amarte .
Cada entrada y salida de algún barco se escuchan esas campanadas que calan en el alma , esas campanadas a las cuales ella les ruega que por favor repiquen por su llegada .
Con su amor , con su ilusión y con los deseos tan grandes de estar con el mira y escribe con los ojos en cada bandera de cada barco que zarpa , te amo , te extraño , regresa , vuelve por favor , con la única ilusión y esperanza que si en la inmensidad de los mares alguno de esos barcos pasa cerca al suyo , el pudiera leer en su bandera todo lo que ella lo extrañaba , amaba y necesitaba .
Así paso el tiempo , eran ya casi seis meses desde su partida , ella continuaba día tras día con este ritual sagrado , cada mañana , cada tarde , cada noche .
Un día por la mañana tocaron a su puerta , era un señor alto , rubio y con la piel curtida por el mar y el sol , dijo ser el capataz del barco donde había partido su amado , llegaba a su casa para decirle algo que ella jamás pensó oír , algo que era imposible que sucediera y mas aun teniendo en cuenta que el amor es todo , que el amor lo puede todo y que con el amor todo es posible y nada imposible .
El barco había naufragado a merced de una terrible tormenta , una ola descomunal lo envolvió justo en plena faena de la tripulación y cuando todos se encontraban en cubierta , de las trece personas abordo solo se salvo el capataz , el fuerte oleaje hizo que todos cayeran al mar , no se encontró a ninguno de los desaparecidos .
En su mano dicho hombre tenia una cajita de madera en la cual estaban las pocas pertenencias que se pudieron encontrar de su amado .
Una vez mas sola , sentada en su bacón , sin importar cuantas gaviotas llegaran a la playa , sin importar el reventar de las olas y sin ni siquiera escuchar las campanadas del puerto , abrió la caja esperando encontrarlo a el .
Entre todas las cosas encontró una carta una carta escrita por el , tomo asiento , respiro muy profundo y se dispuso a leerla .
“María , mi adorada María , conservo en mi mente el momento de mi partida , el estar sentado en la proa viéndote en tu balcón despidiéndote de mi te observe hasta que me fue imposible distinguirte , hasta que te uniste al horizonte y con cada brisa que golpeaba mi espalda y en rumbo hacia donde tu estas , te envió todo mi amor , miro las estrellas e imagino que los dos estamos mirando la misma estrella , que los dos estamos bajo el mismo cielo , que los dos respiramos el mismo aire , ay María , te tengo tan lejos y tan cerca de la vez , a cada gaviota que pasa cruzando el cielo rumbo a tierra le ruego , le pido que vaya hacia ti , que te lleve todo mi amor , le pido poder verte a través de sus ojos .
Quisiera ser el mar para llegar a tu orilla , el mar para que te zambullas en mi , el mar para acariciarte con mi espuma “
Mariah alzo la vista , volvió a escuchar las campanadas , volvió a ver las gaviotas , miro al cielo y con los labios apretados y sus ojos humedecidos dijo “Gracias Dios , gracias por tanto amor , dile que muy pronto estaré con el , para sentarnos en la misma estrella , para bañarnos en un mar de nubes , y para volar como gaviotas por el universo “ , sin darse cuenta cerro los ojos y se quedo dormida soñando con las campanadas y la llegada del barco de su amado , con el sentado en la proa .

Lalo