Gaucho

Tierra de gente arisca y brava, con esa rebeldía que le da al hombre el ser jinete, el contar con un caballo, el poder ponerle cuatro patas a la furia, el traer los horizontes al alcance de un galope.
Tierra libre que ha ido muriendo, no por la liberación del hombre sino por su mayor sujeción a reglas y sistemas. Primero fue el alambrado, que corto el viento de la pampa y el transitar nómada del gaucho.
Después fue la ley, defendiendo al dueño del alambrado. Y así, se acabo el gaucho.
Se acabo aquel centauro indomable, dueño de la tierra y de las estrellas, defensor empecinado de su libertad . Murió atacado de civilización y de injusticias y hoy su cadáver se llama peón rural.


Libro : Cuentos del país de los gauchos
Autor : Julián Murguía