Garabatos en solitario

Garabatos en solitario

jueves, 18 de octubre de 2012

Tú, mi lugar

Tú, mi lugar

Lunas de plata dibujadas en el horizonte como tímidas miradas que reflejan tu sentir en cada nube, un sol naranja, caliente y ardiente del atardecer acompañado por las huellas de tus pisadas de tu cuerpo en las sabanas, una luz tenue, tímida y dulce que solo espera poder engalanar tú vestido de seda al viento, el viento otoñal que lo unico que hace es ser cómplice de tu frescura, el ébano de la noche se ilumina con la tersura de tu piel.

La salada brisa del mar se confunde y se trasforma con la dulzura de tu presencia, cada instante es especial si tu presencia lo acompaña, los pétalos de tus pechos en flor se alimentan de la brisa del sol, destellos fulminantes de amiga y mujer, pájaros que dejan su nido al amanecer, sombras que desaparecen tras un nuevo atardecer, tú presencia el vicio mas divino, tu ausencia el castigo más cruel.

Mi reflejo desteñido en tu ausencia, abrigado tal vez bajo el calor frio de un cigarro en la soledad, caminar de madrugada buscando una razón y darme cuenta que sin ella solo soy un náufrago de la vida, cambio mi destino escrito por una existencia clandestina junto contigo, lluvia de plomo, pesada y fría, tempestad que sería caricias si te tuviera en mi vida, tus manos el techo de mis días, tus pies el suelo de mi camino, tus ojos el lucero que me ilumina, tus besos el alimento de cada día.

El café fresco de la mañana nuestra más dulce compañía, esa pelea de almohadas entre risas y rivalidad, sin importar quien pierda si total nos vamos a besar, tu cabeza en mi pecho, tus manos en mis caderas, tus ojos cerrados mirándome, tú presencia aire de todas mis ausencias, eres la ciudad en la cual quiero vivir y existir, con las calles de tus laderas, las esquinas de tus huellas, las avenidas de tus sueños, los parques de tu piel, las mareas de tu ser.

Ciudad sin semáforos ni reglas, el cielo más bello y los campos más verdes, solo el trafico de nuestras sensaciones y ganas de amar, solo el aire contaminado de nuestro amor, marcados nuestros cuerpos por los tranvías de nuestras caricias, trenes de miel que recorren cada una de las vías de nuestras venas y sensaciones, las orillas de tus ojos, la marea de tu espalda, las olas de tu mirada, las nubes de tu pelo rozándome, las estrellas incandescentes de tus labios cuando duermes, las montañas donde termina tu pecho y renace tu sol, geografía prohibida, tus ríos saciando mi sed, tus mares por los que navego, tu vientre el arco iris después de nuestra tempestad, la nieve cálida de tus cimas en las que me abrigo, tu tierra fértil en la que quiero morir.