Garabatos en solitario

Garabatos en solitario

martes, 21 de septiembre de 2010

Con sabor a nada

Con sabor a nada

Almohadas hechas con plumas de ángeles, no me interesan las carreras en cámara lenta, desde hoy y para siempre nunca más me voy a vestir, quemaré todos mis zapatos, hienas en mi jardín, buitres en mi balcón, solo quiero un ratito para ver llover y poder pesar.

Ven, vamos a pasear en mi moto nueva, revisaré todos los días el buzón, buscaré las huellas de los nudillos del cartero en mi puerta, debo el gas y me cortaron la luz, cocino a la brasa de un pucho, leo bajo rayos de sol y escribo bajo los brazos de plata de la luna, nubes que dibujan cisnes en el cielo.

Nubes errantes, cielo ajeno, universo mío, mientras yo escribo versos ella juega a ser feliz sin mí, negros claros y blancos oscuros, llévate mi piel, úsala de abrigo, será lo más cercano a mí que tendrás, un abrigo vacío en el baúl, todos tus sueños locos, metas y logros propios terminaron por devorarte, gaviotas muertas en la cama, golondrinas congeladas entre sábanas.

Mujer lograda, con su serio reflejo en la vereda mojada, caminando sin nadie con quien andar, matamos todo con un punto final, no se nos ocurrió poner puntos suspensivos, hoy me acarician los aromas de mi cocina, caminatas nocturnas con mi amigo comprado, me abrigo de música, me aferro a mi lápiz y floto sobre ese océano de papel en blanco, todas las cosas tienen gusto a nada.

Todas esas cosas que me dices cuando no hablas, los almanaques que se oxidan en la pared, los luceros que he visto en tus ojos, camuflada de mujer perfecta, maniquí de tu pasado y avara de tus mas egoístas metas, dejamos de ser mañana para convertirnos en ayer, cuánto tiempo perdido dentro de tu ombligo, colección de besos robados, cuerpos secuestrados y deseos capturados, allá donde se cruzan los caminos quedo todo nuestro destino.