Garabatos en solitario

Garabatos en solitario

miércoles, 11 de enero de 2012

Entre libros y cuadernos




Entre libros y cuadernos

Yo llegaba muy temprano, vos siempre sobre la hora, pocas veces en esa época quería madrugar o ir al liceo, me acostaba antes que todos en mi casa para llegar temprano y así poder robarle minutos al timbre de entrada, solo para verte, conversar o estar a tu lado, tu pelo amarrado, tu falda, tus medias y tus mocasines me enloquecían.

Todos los países del atlas de geografía llevan tu nombre, todas las ecuaciones de matemáticas dan como resultado tú, en cada uno de los idiomas que estudiamos escuchaba y te leía a vos, en las clases de arte es imposible tratar de crear algo espectacular teniéndote a vos tan cerca mío, obra maestra para mis ojos, mis cuadernos invadidos por tu nombre en cada una de sus hojas, manantial de corazones flechados de todos los tamaños y colores, nuestras miradas traviesas y hasta a veces cómplices a escondidas del profe, tu perfume al pasar frente a mi pupitre.

Recreos compartidos, se me olvidaban hasta los deberes, las notas malas no querían mejorar, orgullosa recibías tu libreta de notas, yo con pánico sabiendo el infierno que se me venía, cargar tus libros disfrazado de galán, concentrada con tu lapicero en la boca derramando letras y palabras sobre tu cuaderno, yo rogando que tan solo una frase de esas sea mía o me perteneciera, no importaba, me conformaba hasta con un garabato, firmar tu libreta de fin de curso, que me pudieras tener y llevar ahí a todos lados junto a ti.

En la salida a amenazado por guardaespaldas improvisados, otros pretendientes que se sentían amenazados, acompañarte a tomar el ómnibus, caminando como tortuga para que ese momento dure, tu mano y la mía abrazadas por la rambla después de clases, en silencio moría por dentro, soñando con ser más que amigos, entrega de notitas en un papel doblado que deberías leer después de partir y sin que yo estuviera ahí.

Sentarnos en una vereda a charlar robándole tiempo al tiempo antes de decirnos hasta mañana, aburrirte viéndome jugar futbol, tardes dulcemente desperdiciadas juntos, un zapato naufragando como barco a la deriva, me coinvertí en guarda costas para rescatarlo, sentados en un sillón de pasto, con la playa a nuestros pies, viendo los fuegos artificiales estallar, yo creía que festejaban el amor de los dos.

Bailes improvisados de azoteas en casas de barrio, tú con ellas, yo con ellos, solo miradas al escuchar esa canción que nos gustaba, invitarte un caramelo o un chicle con los ahorros de mi papa, queriendo convertirme en uno de ellos para tocar tus labios, sacarme el abrigo para ponerlo sobre tus hombros, en las caminatas frescas por la costa cuando tenías frio.

Caminatas, carnavales y helados, que fácil era llenar todos mis ratos a tu lado, de mirada coqueta, sonrisa traviesa, piecitos inquietos, siempre fuiste más madura y tranquilla que yo, yo bala perdida que tal vez se escondía detrás de un payaso disfrazando su timidez y cobardía, piezas de un rompecabezas por armar, solución a cada problema, estrellas de mi noche, agua de mi lluvia, huellas de mis pies, sabor de mis manos, sed de mis labios.

Como escapar de ti? si no estás aquí, como dejar de pensarte? si para verte debo soñarte, amor de adolescencia, muchos momentos puros compartidos, tal vez por eso es algo tan especial, inmaculados sin haber sido manchados con lujuria o sexo, una incógnita? tu sabor, que dirían los niños que fuimos ayer de los adultos que somos hoy?, nos volvemos a encontrar estando separados, te tengo más lejos que siempre, te veo , te hablo y te quiero más cerca que nunca, hoy ya más contaminados, más golpeados, más adoloridos y hasta más desconfiados, gracias por estar aunque sea desde lejos, agradezco el poder verte aun sin poder tocarte.

No tengo como pagar el compartir un café en la madrugada, quiero convertirme en tu mascota y poder ver tele juntos, ser tu sillón en la madrugada, tu frazada, tu pijama , sentarme de copiloto recorriendo cada uno de tus caminos en cada viaje que haces, verte trabajar en tu oficina, conocer tu lugar, nuestras iniciales talladas en la curtida y vieja piel de un árbol solitario.

Como las vías del tren que siempre estuvieron, están y estarán juntas pero nunca jamás se cruzaran, las reglas se hicieron para romperlas, las leyes para desobedecerlas, los esquemas para despedazarlos, hagamos de esto algo más especial, al punto de que las mismas vías del tren se lleguen a cruzar, sin barreras imposibles, sin límites inalcanzables, sin océanos indomables, sin distancias interminables, sin tiempos perecederos, en nuestras manos está.