Garabatos en solitario

Garabatos en solitario

lunes, 13 de julio de 2015

Voz sin voz

Voz sin voz

Los leños de mi hoguera, sus fulgores destellantes, hondo abismo pintado de atardecer, me sumerjo en la luz de sus tinieblas, incertidumbre de mis aciertos, seguridad de mis errores, mi pluma de profeta te dibuja como una fantasía, mi niñez solo una inocencia perdida, mi juventud quedó en un lecho de sueños, mi vejez sin deudas, mi partida a tu lado, podrás descansar conmigo, ven que la luna ya se ha dormido.

Ya se detuvo reloj del tiempo, ya no importa lo vivido, me abrazo con los que se fueron, mi pecho dejó de estar dolorido, una voz sin voz me lo anunciaba, sin temor, sin miedo te esperaba, esa noche que me mirabas desde esa esquina agazapada, mi cuerpo hecho cenizas surcará los cielos, se mezclara con el aire, caerá como lluvia y me alimentará el alma, pedazos de luceros, alas de mariposas albas, sedas cándidas.

Empalidece de sus blancor el blanco que conocía, qué suavidad al corazón procura, sobre él vuela hoy siempre la armonía, guirnaldas invisibles que dibujan mi camino, la voz de una brisa liviana entre arboledas, romántico frescor de jazmines, lámparas de fuego en profundas cavernas del sentido, el cielo descansará en mi pecho, los ríos serán mis venas, los volcanes mis latidos, el tiempo será mi vela navegando en mares sin geografía.

Despídete, déjame acá y cierra la puerta.