Vida

Vida

Te quiero imperfecta pero correcta, te quiero incierta pero nunca conforme, te quiero con ganas de crecer en cada amanecer, te lo he dicho con las nubes, tristezas fugitivas que pueden ser alegrías furtivas, te quiero libre y cautiva, libre para ser quien eres y cautiva capas de sacrificar tus egoísmos, un fondo de sombra sin luz, me regosijo en los besos de tu boca y duermo con la terquedad de tu temperamento, olas de tu aliento, mezquindad de tenerme recluido, estreches delirante y loca, te quiero a las diez de la mañana, a las once y a las doce del día en las tardes de lluvia, odiarte sordamente con la mitad del odio que guardo para mí, tan leve rumor que mi reposo no turbas, es un canto milagroso, vida y muerte, suspensos en la luz de tus pupilas, en mi vida penetras y te siento, tan cerca de mi propio pensamiento, honda calma.

Reflejos de un ser mismo, la doble encarnación de una sola alma, amor callado, que jamás se queja, amor que en la discreta madrugada,
sólo acierta a poner junto a tu reja una silente queja, amor de un alma vagabunda y vieja, amor que es como música olvidada, que tiene azul resignación, que lo da todo y no pide nada, que el alma de esperanza y sueños estalle, convivencia sin arrebatos, sin ruido, hacer de este lugar mi hogar, comprendo tus besos esquivos, entiendo tus prioridades egoístas, jamás han de ser míos, comprendo la exigencia de tu mirada, no entiendo las exigencias que solo nos separan, te amo en mis locos y ardientes desvaríos, bendigo tus desdenes, adoro tus desvíos, y en vez de amarte menos, te quiero mucho más, eterna despedida, el alma no te olvida.

Tu santuario ególatra, el velo de tu presencia, antorchas danzando con la brisa del mar, lagrimas ajenas en despedida, ya inexistentes las horas de esa vida, un viaje que olvida el ayer y vive el presente, el pasamanos correcto del cual aferrarte y llegar al final tranquilo y en paz.