Garabatos en solitario

Garabatos en solitario

jueves, 19 de noviembre de 2009

Nuestro hogar

Nuestro hogar

Estando juntos hasta las olas del océano ya ni suspiran
Descansar en el trigo de tu vientre quiero acostarme
Cada rincón, cada cuadro, cada viga nos envidian y miran
Hundirme, hartarme y llenarme hasta el fin de tu carne

Caricias de tu piel de pétalos de paz sobre mí agitado pecho
Ojos perdidos en el vacío, extraviados en medio de la nada
Hacerte mía, tocar tu sombra hasta acostarnos en el techo
Mi ser, mis pensamientos y hasta mi alma en abandonada

La estufa encendida con los maderos de nuestra inmortalidad
Nuestras pasiones sin fronteras, nuestra entrega sin quimeras
El hacer el amor en cada sillón es genial, nuestra especialidad
Los únicos aptos y capaces para alimentar nuestras hogueras

Cuarto pintado de nuestro amor con todos sus colores
Convertirnos en animales entregando lo más esencial
Amante desquiciado de tu piel, tu fragancia y olores
Este nuestro hogar, convertirlo en lo más demencial

Puertas las que marcan el límite entre la serenidad y la locura
Cristales de roca testigos de toda nuestra desenfrenada pasión
Las ventanas abriendo sus brazos para colmarnos de frescura
El mar solo es un charco al compararlo con nuestra canción

La alfombra, una cama improvisada para poder besar hasta tu aliento
Ser tu jabón y shampoo cuando te rozan y tocan los dedos de la ducha
Detrás de tus pestañas tu brillo único, viviéndote muy dentro te siento
Compañeros de pelas de almohadas, aliados y enemigos en cada lucha

Aire invadido de suspiros, uñas empachadas de piel
Poros inundados de sudor que solo saben su camino
Caricias de fuego, manos colmadas y llenas de tu miel
Senos sin pudor que permiten les muestre su destino

Junto a nosotros las montañas solo son un montículo de tierra
La sala habitación improvisada en los comerciales de la televisión
Ser confidentes, no tener secretos, jugar a la paz y a la guerra
Poder poseerte, hacerte mía hasta en la cocina, una bendición

Sobre la mesa se destruye nuestra inocencia en mil pedazos
La perlas brotan y resbalan sobre tus muslos entumecidos
Delfines de cartón que vuelan en cada uno de tus regazos
Nuestros cuerpos temblantes, nuestros cuerpos enardecidos

La escalera hecha de escalones que se disfrazan de lecho
Las cortinas bailan en entorno de nuestros cuerpos agitados
Te conviertes de mi escritorio en el más frondoso helecho
No sentimos ni frio ni calor, estamos muy enamorados



Momentos empalagados de amor y sentidos sin condiciones
La cama testigo silente de tantas y tan dulces refriegas
Nuestra Piel, cuerpo, pasión y lujuria sin restricciones
Cada árida parte de mi cuerpo tú la mojas, tú la riegas


Protagonista y escenario de cada uno de mis sueños
Nuestro hogar, nuestro nido, lugares benditos y sagrados
Somos uno, somos nuestros, tu y yo nuestros dueños
Casita en la pradera, donde tú y yo vivimos colmados