Garabatos en solitario

Garabatos en solitario

domingo, 10 de enero de 2021

Atemporal

 

Atemporal

 

Ropa desgarrada y arrancada cae al suelo como hojas en otoño, como si fuera el último instante, como si se agotara el tiempo, última oportunidad, enloquecedora forma de desearte, poseerte y hacerte mía por siempre.

 

Lenguas convertidas en brochas, empapadas en

pintura hecha de saliva, que colorean cada rincón de

ese pergamino de la forma más codiciosa y egoísta

posible.

 

Manos insaciables, caderas danzantes, senos

colmados, entrepierna húmeda, espaldas devoradas,

piernas convertidas en trampas deseadas, cuellos

encendidos, nucas erizadas.

 

Respiraciones agitadas, gemidos ahogados, temblores

incontrolables, espasmos, muslos resbaladizos, desenfreno

descontrolado, latidos que explotan en el pecho, uñas

caníbales devoradores de piel.

 

Mirada perdida, compartida, cómplice, unión, fusión,

barniz hecho de sudor, lava en las entrañas, besarse

hasta adormecer los labios, muriendo, entregando la

vida, dulce agonía.

 

Saciando la sed tan solo mirando, cerrar los ojos para

tan solo escuchar, baile endemoniado, robándose

cada uno de los rincones del alma, reloj congelado en

la pared, sin día, sin noche, sin tiempo.

 

Adueñarnos hasta de su sombra, despojándose de

todo, cataratas de sensaciones, ríos de sabores,

avalancha de aromas.

 

Despertar desnudos con aroma a café y olor a piel,

sabanas desordenadas aun calientes, almohadas

sudadas, solo existen los dos.