Casino

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Mi más bello error, la más dulce de mis equivocaciones, el error de mi vida por el cual aposté más, siendo siempre igual, tendría que haber sido yo el que debería que cambiar, una apuesta sin dinero pero con el alma en juego, tal vez sin fichas pero poniendo el corazón sobre la mesa, gané, gané mucho pero no hay excepción a la regla, a la larga el casino siempre gana.

Agoté mis fondos, agoté mis esperanzas, agoté mis ganas, me quedé sin nada, la fría mezcla de las cartas del destino, la esperanza cortando el mazo queriendo hacer que juegue de mi lado, cae una a una, cartas frías y esquivas, sacando cuentas, sumando y restando, estudiando posibilidades, muchas jugadas seguro como ganador, más aun jugadas yéndome como perdedor.

Se evaporan mis fichas, vuelan lejos de mí, dudo y pienso si valdrá la pena seguir arriesgando, dando, entregando y jugando, las horas pasan, el tiempo es eterno, las esperanzas no se acaban, me retiro o sigo?, el verde de la mesa me invita a arriesgar, tendré que regresar solo y caminando?, vale la pena?, la distancia es larga y la apuesta es grande.

Recuento mis fichas jugadas perdidas, miro lo que me queda, las cuentas son claras, las cuento una y otra vez como si así crecieran, me doy cuenta que tengo mucho menos de cuando empecé, recojo mis fichas, tal vez no valga la pena, la terquedad es la peor consejera, no darte cuenta que pierdes esperanzado en ganar creo es el peor error, dicen que para muestra un botón.

Regla que no existe para un empecinado como yo, miro las fichas, el reloj en la pared, pienso si no fue un error, estoy seguro de que no, el que no arriesga no gana, el que se mantiene en su mundo no pierde, vale la pena?, claro que no, la adrenalina de apostar, de arriesgar, de ganar o perder, no te lo da la monotonía de una existencia sin pretender más, última mano.

Cierran el casino, me juego todo y recupero?, me voy con lo que me queda para poder volver a apostar?, mejor me voy y no vuelvo a jugar.