Dulce contaminación
El sonido de los aviones ya no es igual, sentado frente al mar queriendo verte pasar y tu oculta detrás de esa neblina cómplice de nuestro adiós, que difícil es volar cuando mi aeropuerto de llegada no es nuestra cama, tu cuerpo como destino y tus besos como la brisa en mi camino, que difícil vivir entre todo lo que tocaste y que tan dulce e inocentemente contaminaste, rociaste tu pócima en cada uno de mis rincones, la ponzoña de tu presencia quedó grabada en cada uno de mis cajones y rincones, veneno derramado sin pudor, derroche en todas mis veredas, narcótico embriagante que me hace sentirte a pesar de la distancia, intoxicante presencia ausente.