Garabatos en solitario

Garabatos en solitario

lunes, 3 de julio de 2017

El hombre no es infiel

El hombre no es infiel

No existe ni el hombre ni la mujer eternamente infiel y de eso estoy totalmente seguro, como animales que son tal vez por inmadurez, tal vez por querer vivir, hasta que creen haber encontrado lo único que los hace felices y los llena de verdad, existen mujeres tan rutinarias y laborales, mujeres que ponen mucho más de ellas para lo que es laboral dejando a segundo plano lo demás, que se encargan de hacer que ellos se desilusionen, mujeres que olvidan las cosas básicas como los detalles, una cena romántica, una noche de velas, incienso y lencería, la lucha de almohadas, mojarse con una manguera, escapar solos, hoy caminar por el mundo tomados de la mano, hoy hagamos lo que a ti te gusta, hacen olvidar el dulce sabor de un beso sincero y dejan grabados tan solos los besos monótonos de un hasta mañana, hasta luego o un llegué acompañados de frases y palabras que salen automáticamente por costumbre, maldita monotonía con la que no quiero convivir, pecan al no ponerse nunca en el lugar del otro, mujeres que olvidaron que el amor es un arte que día a día hay que cultivar, no solo esperar recibir sino también para dar, conquistar y cosechar.

Son mujeres que cometen el error de dejar que sean otras mujeres quienes dibujen sonrisas en el rostro de su hombre, que sea admirado y ponderado, que lo llene de detalles y lo atienda como ella misma le enseñó y demostró que era lo que a él más le gustaba, una verdadera mujer no es aquella que solo le importa sus cosas y sus problemas, que tienen sueño o están cansadas para todo menos para sus prioridades, que nunca piensen en el otro, que pidan sin dar, que no quieran cosechar sin sembrar, una verdadera mujer es aquella que mantiene la llama encendida, atención, preocupación, detalles y cuidados hacia él como el día que se puso como meta lograr hacer que ese hombre sea su hombre y compañero, con la misma inocencia, frescura, alegría, viendo las cosas positivamente y no solo creando problemas sin soluciones donde no los hay, que se arregle, perfume y vista como cuando fue tras el como la mejor depredadora, disfrutando de todos y cada uno de los momentos juntos como si fuera el primer día o el último, llenos de cordura, locura, candidez y hasta lujuria.

Esa mujer que hoy tan solo quiere cambiar de lo que se enamoró, formas y maneras, eso con lo que la divertías hoy se convirtió en aburrido, esos detalles que le dabas y ella cuidaba hoy los deja tirado en un rincón, las locuras que le proponías y hacían los dos como si fueran uno se convierten en inmadurez, los riesgo a tomar juntos eran una aventura convertidos hoy en tan solo falta de cordura, cuando se miraban y todo era admirable y ponderable, el tiempo lo convirtió en tan solo cosas criticables y reprochables, esa mujer que antes ponderaba tu apariencia, tu aroma o tan solo una prenda que te ponías al parecer tan solo se transformó en que todos los días te vea igual sin importar el esfuerzo que se pueda poner para recibir tan solo una de esas cosas, que te sorprenda con detalles estúpidos y hasta infantiles, a donde se fue ese contigo hasta el fin del mundo mi amor?, juntos podremos con todo y contra todo?, no, no es el tiempo, es la seguridad de sentirse ya con lo buscado, logrado y conseguido, es estupidez, es inmadurez, es falta de querer crecer, es dejadez, es comodidad, es no querer dar lo que ella mismo necesita, es tan solo reclamar y criticar mientras ella se encierra en su mundo donde solo para ella es lo que ella acepta, lo que es correcto, debido y forma adecuada de ser, no es el tiempo, eres tu mujer, no es culpable el tiempo de tu frialdad, tal vez el tiempo te haga ver alguna vez como enfriaste, congelaste y mataste al amor, el amor como la infidelidad es construida por dos.
KHONS