NO
La gota de un buen recuerdo no debe borrar un océano de
malos momentos, una noche estrellada no puede desvanecer las memorias de cielos
nublados, la belleza del otoño no puede ocultar la frialdad del invierno, un
grano de arena en el desierto, pompas de jabón volando entre espinas, una brisa
fresca no hará esfumar de mi mente tantos huracanes, una hermosa nota musical
no debe enmudecer la triste melodía de una canción, lo aburrido de las
rutinas no se puede esconder, sueños abandonados en un rincón, no se puede
vivir muriendo.
La agonía de una ilusión, una fantasía irreal, una
quimera sin principio ni final, un cuento en singular nunca se convertirá en
una historia en plural, es muy difícil volar sin alas y andar sin pies, no se
puede llegar sin camino, hay huellas marcadas en la arena que es mejor que sean
borradas con las caricias de una ola, tomando atajos para subsistir,
heridas de batallas sin sentido, incendios que arrasaron todo, un calendario
pintado de fracasos, almohadas que dejaron de jugar.
Hay recuerdos que son mejor abandonar, tela de araña que se
convierte en trampa, mente traicionera que juega con destellos de felicidad,
ardid mental, negando la cuenta regresiva, es justo querer llegar al cero con
paz y tranquilidad, el brillo de un arco iris no puede ocultar la sequedad de
una cascada muerta, frágiles cristales que alimentan el alma no deben ocultar
la fría escarcha, no se puede ir siempre contra corriente queriendo lograr y conquistar
sueños cuando la monotonía se convirtió en religión.
Añoranzas de nuestra juventud recordando el pasado
olvidamos que también existe el tiempo que no permite que todo sea igual, malos
recuerdos disfrazados que quieren atrapar, no hay que dejarse estafar mirando
atrás, recordar no es perder, volver atrás sería naufragar, despojarme de los
buenos ratos, desnudarme de mi vulnerabilidad, arrancarme la piel curtida de
espejismos y dejar atrás el ayer, bella enredadera que te abraza sin mostrar su
cruda verdad.
Las raíces de la esperanza resecas no volverán a florecer,
corriente fresca de agua que te arrastra y hunde, el delirio de querer un bosque
y tan solo encontrar un desierto mendigo de oasis, cuando las canciones ya no
dicen nada, indigencia de dedicación y opulencia de austeridad, sin dejarme
engañar, sin mirar atrás, levantar una copa y brindar, para que los días
vuelvan a llegar, para que se vuelvan a llenar de color con olor a lluvia.